martes, 11 de octubre de 2011

Los animales en la literatura

El cerdo "Napoleón"
Rebelión en la granja. George Orwell.


A lo largo de la historia de la literatura, algunos escritores han utilizado a los animales para dar lecciones o enviar mensajes a otros humanos. Esas obras literarias protagonizadas por animales poco "animalescos" y muy humanizados, suelen llamarse "fábulas". En cada una de ellas se plantea el enfrentamiento entre un animal que representa un comportamiento malo o imprudente, y otro animal que se porta con bondad y prudencia. El resultado es que el malo y sobre todo el imprudente resultan castigados por su avaricia, por su ignorancia, o por su falsedad. Al final cada fábula tiene su "moraleja", es decir, una pequeña lección que nos enseña lo que hay que hacer o lo que debemos evitar.


Una de las fábulas más significativas escritas en el siglo XX es Rebelión en la granja. En esta novela, los animales de una granja se rebelan contra el amo que los tiraniza, un hombre brutal. Logran expulsarlo y organizan la granja de tal modo que todos tengan iguales derechos a disfrutar de lo que consiguen con su trabajo. Pero poco a poco los cerdos, dirigidos por uno muy listo llamado Napoleón, se van convirtiendo en los nuevos amos de la granja: trabajan cada vez menos, se apoderan de la mejor comida, tienen todo tipo de privilegios, amenazan e incluso matan a quienes no les son útiles.
Así Napoleón termina siendo un tirano peor que el dueño de la granja.
Uno de los trucos que utiliza es la propaganda para conseguir mandar sobre el resto de los animales, cambiando o tergiversando, de modo tal que siempre aparece él como el héroe, y sus rivales, como cobardes y traidores. 
También modifica todas las leyes que habían establecido los animales de la granja: por ejemplo, donde ellos pusieron "todos los animales son iguales", Napoleón pondrá "todos los animales son iguales, pero unos más iguales que otros".
¿Cuál es la moraleja de esta fábula satírica? Evidentemente que el poder es algo muy peligroso y que siempre hay algunos dispuestos a cualquier cosa: la mentira, el engaño, el crimen. Lo que sea con tal de dominar a los demás y aprovecharse de elllos.
Orwell pensó en Stalin cuando creó al cerdo Napoleón, sin embargo la moraleja sirve para cualquier dictador.


La única solución para evitar que alguien se convierta en el amo de la granja o del país donde vivimos es el sistema democrático.
¡ Ah, y cuidado con las falsificaciones de la historia o de las leyes, porque no faltará algún "cerdo" que se aproveche de ellas!


Nos seguimos leyendo!!!

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