viernes, 18 de noviembre de 2011

La lengua empobrecida

El amor por la lengua es algo que debería venir ya desde la propia familia. Es la carta de presentación de las personas, sea en forma oral o escrita.Por lo general, a los adolescentes no les gusta hablar o escribir pensando lo que hablan o escriben y consideran su nivel de lengua adecuado porque les sirve como instrumento de comunicación suficiente. El habla cuidada se considera una barrera y se percibe como algo innecesario y pedante. No es algo que sirva como modelo a imitar.
El nivel lingüístico de los adolescentes no sólo no se ha ensanchado sino que se ha empobrecido por las fórmulas sintéticas y esquemáticas de escritura en los chats y en los móviles.
 No existe conciencia del valor de la lengua. Se ve a esta como algo transparente y funcional y se pierde la noción de estilo personal. No es casualidad que triunfen escritores sin estilo que emplean un nivel pragmático y llano, con escasos matices. Del mismo modo el debate político no cuenta con buenos oradores y los medios de comunicación transmiten una dimensión laxa y pobrísima del lenguaje poblado de expresiones espontáneas que sirven eficazmente para comunicarse. ¿Qué modelos ven nuestros alumnos en su propia casa o en los medios de comunicación? 
El tema que propongo hoy es el del empobrecimiento de la lengua a todos los niveles (léxico, sintáctico, ortográfico y por fin estilístico).
 En 1984, novela de Georges Orwell, los dominadores de la sociedad difunden un neolenguaje que prescinde de la variedad y la riqueza de la lengua, laminando matices y eliminando términos. Saben que controlar el lenguaje es controlar el pensamiento.
 ¿Qué pasará cuando el castellano se hable sólo con quinientas palabras? ¿Tiene solución? ¿Puede hacer algo la escuela? 
El debate queda abierto...
Nos seguimos leyendo!!!

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